miércoles, 10 de marzo de 2010

Llegando a Amsterdam



Amsterdam es una ciudad muy especial, diferente. Llama la atención el contraste entre lugares como "Redlight District" y la zona comercial y residencial.

Todo encaja de alguna manera y funciona. En una cuadra las "vidrieras" exhiben el sexo regulado, prolijo, envuelto en una caja de vidrio. El olor a mariahuana legal está presente en todas esas cuadras.
Más adelante Dam Square, la plaza central y la zona comercial comienzan muy temprano su ritmo.

En sus orígenes, la ciudad era un pueblo de pescadores y aunque la ciudad creció mucho, yo sentí esa sensación de puerto. Los canales, las casas y el estilo de vida es apacible.

Las bicicletas tienen la máxima prioridad: más que los peatones y los autos. A pesar del frío la bici es el medio por excelencia. Meche: nadie tiene bici feliz! apenas unas alforjas grises y tristonas!!

Los canales aportan mucha vida a la ciudad: a la noche es posible escuchar a los patos y gansos que viven ahí. Las típicas casas holandesas son angostas y altas, esto es porque los terrenos siempre fueron muy caros y esta fue la solución arquitectónica. Llama la atención que todas las casas tienen en la parte superior una viga de hierro perpendicular desde donde cuelga un gancho.
Esto es porque como las casas son tan estrechas, cuando tienen que mudarse, los muebles no entran por las escaleras internas y deben subirlos por las ventanas. El gancho es para colgar las poleas.




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